martes, 4 de marzo de 2014

Leyenda de las grullas de papel


Cuenta una leyenda japonesa que si tienes algo que desees con el corazón y quieres que se haga realidad debes crear mil grullas de papel y lo lograrás. Esta leyenda es centenaria en el país del lejano oriente, pero cobra verdadero significado con la niña Sadako Sasaki y la bomba de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.

Ésta solo tenía dos añitos cuando explotó la bomba en su ciudad, Hiroshima. Durante diez años parecía una niña normal, pero a la edad de 12 años los médicos le diagnostican leucemia (cáncer hematológico) debido a la irradiación de la bomba.


Estando la pequeña Sadako en el hospital una amiga, Chizucho, le cuenta la leyenda de las 1.000  grullas de papel, diciéndole lo mismo que decíamos al inicio: que si deseas algo con mucha fuerza y  construyes 1.000 grullas, los dioses te conceden el deseo que tanto deseas.

Sadako por supuesto quiere sanarse, así que decide ponerse con todo su empeño a realizar esas mil grullas que le hacen falta para obtener su deseo. Por desgracia la pobre murió antes de poder lograrlo en octubre de 1955, cuando tan solo había completado crear 644 grullas.

Pero su historia quedó para la posteridad gracias a sus amigos, que quisieron completar la misión que tenía Sadako, y lograron completar las mil grullas necesarias. Por desgracia ya no podían salvar a su amiga, pero pidieron algo mejor: que se acabaran las guerras y se alcanzara la paz en el mundo.

Como decimos su historia pasó a ser una leyenda mundial, más cuando a los tres años de su muerte la ciudad de Hiroshima le dedica a Sadako una estatua de ella con una grulla en la mano representando la paz. De hecho ésta se encuentra en el Parque de la Paz de Hiroshima.

Y además aquí no acaba la maravillosa historia de las grullas de papel. Actualmente cada 6 de agosto, día mundial de la paz, a la ciudad de Hiroshima llegan millones de grullas de papel de todo el planeta buscando la paz mundial. Estas grullas se cuelgan en el monumento a Sadako, con la esperanza que el mensaje llegue a todo el mundo.

A mí personalmente esta historia ya me ha llegado a lo más profundo de mi corazón. Y siempre la voy a recordar cuando vea una grulla de papel.